La implementación de un sistema de gestión por competencias en una organización sanitaria proporciona una serie de utilidades para la organización tanto a corto, medio como a largo plazo.
En primer lugar, debemos precisar que la gestión por competencias no va a generar una correcta descripción de los puestos de trabajo.
Con la descripción de los puestos de trabajo tenemos un enfoque adecuado de las necesidades de cada unidad y de los puestos que deben desarrollarse en ella.
Es más, de esta forma lograremos precisar quienes son las personas más adecuadas para ocupar este pueste puesto de trabajo.
La descripción de los puestos consigue una serie de resultados a corto, medio y largo plazo.
A corto plazo. Nos permite precisar las características de las personas que conformarán las unidades trabajo, así como las personas de las que disponemos para conformar los equipos de trabajo.
A medio plazo. Nos permite determinar el grado de adecuación de las personas a los requerimientos de los puestos de trabajo. Esto permite diseñar un concurso de traslados más efectivo en el que la movilidad del personal, se desarrolla orientado hacia donde las personas pueden ejecutar un desempeño más efectivo de su trabajo. Así como, las necesidades formación y desarrollo que van a ser necesarias.
En el largo plazo. El desarrollo de un sistema de gestión por competencias identifica el proceso de evolución de las unidades y servicios de la organización, planteando una correcta planificación para que los distintos profesionales se adapten adecuadamente con orientación futura a sus puestos de trabajo, y por tanto, de la organización.
Por otra parte, una vez desarrollada la descripción y definición de los puestos de trabajo, tenemos a los profesionales más adecuados en cada uno de ellos y por tanto, cada equipo estará ocupado por las personas ideales y adecuadas, donde mejor encajan. De forma que, los equipos de trabajo serán equipos integrados y de alto rendimiento, orientados a la consecución de los objetivos del equipo y de la organización.
En relación con la cultura de la organización, la gestión por competencias consigue una cultura de la organización centrada en el rendimiento, los objetivos y la calidad de servicio.
Una correcta utilización de un sistema de gestión por competencias facilita que los profesionales actúen sobre la cultura de una manera más eficiente para los intereses de la organización. No debemos olvidar que, son las personas las que adoptan, moldean y conforman la cultura de la organización.
En las organizaciones sanitarias existen profesionales de distintas generaciones. La convivencia de personas de distintas generaciones impone una barrera entre ellas tanto en la forma de trabajar como en la forma de pensar o sentir el desempeño de la profesión.
Cuando los puestos de trabajo y las competencias están determinadas, el choque de las distintas generaciones será menor, al igual que las tensiones fruto de la convivencia en el ejercicio de las distintas funciones. Es más, la sucesión y el relevo generacional será más adecuado y menos traumático y con menores perdidas en la calidad del desempeño.
Mediante un sistema de gestión basado en competencias, se consigue una mejor información respecto a cómo y cuándo serán necesarios los cambios. Con esto podemos anticiparnos a ellos y disminuir la resistencia a los cambios.