Dirección y liderazgo son términos fácilmente conjugables en la comunicación de cualquier ámbito a día de hoy. Sin embargo a menudo presentamos serías dudas sobre nuestra real comprensión de estos términos y lo que significan realmente. De forma que llegan a convertirse en un verdadero trabalenguas.
La dirección en las organizaciones sanitarias podemos definirla como un proceso encaminado a llevar a la organización a un punto concreto (visión) a través del uso y adaptación a unos recursos y a través de una estrategia y un plan de acción concretos. Por otra parte, debemos considerar el concepto de liderazgo. Así podemos definir el liderazgo como la capacidad que algunas personas poseen para influir en otras para conducirlas de forma libre y motivada en la dirección trazada mediante la realización y seguimiento de las actividades y estrategias diseñadas. El motor de las organizaciones sanitarias Podemos decir por tanto que: “Liderazgo es el proceso que influye sobre los miembros de un equipo, una organización, u otro; para garantizar y/o transformar el desarrollo de las actividades a realizar con el objetivo de dar cumplimiento a lo programado”. De esta forma, es sencillo comprender que las organizaciones sanitarias como cualquier otro ente empresarial, necesita ser gerenciado y dirigido de forma que se haga un uso adecuado de los recursos para la consecuciones de los fines y propósitos empresariales. En este sentido, vemos como para dirigir una organización sanitaria no es necesario estar en posesión de habilidades o características propias del liderazgo, tan solo estamos obligados a estar impuestos de capacidad para dictar ordenes y autoridad para hacerlas cumplir. Si consideramos la voluntad como el mecanismo que nace del interior y que nos hace cumplir con un propósito, y la motivación como todos aquellos factores internos y externos que nos impulsan a la acción, logramos ver que estos dos conceptos, liderazgo y dirección, no pueden ser utilizados sin más y sin considerar ninguna otra premisa más. Son partes de un mismo proceso, que cuando se conjugan de la forma adecuada, nos devuelven un resultado exitoso desde todos los planos de la organización. Los líderes sanitarios son la expresión ética y de los valores en la prestación de servicio, sirviendo como ejemplo y elemento motivador a la acción a toda la organización y por elevación a toda la profesión. Si es cierto, que dirigir una organización sanitaria es una actividad destinada al liderazgo y control de las actividades de un grupo de profesionales orientados hacia un objetivo común, que es la salud y el cuidado de las personas. Motivo por el cual debiéramos pensar que para estar al frente de los colectivos profesionales sanitarios, se debe estar en posesión de las características propias del liderazgo y de las habilidades para gerenciar los grupos de profesionales sanitarios. En este punto, no debemos olvidar que la propia historia, configuración y características de los grupos de profesionales sanitarios, son grupos a los que no resulta sencillo dirigir y liderar. “La innovación es lo que distingue a un líder de los demás” La dirección y la importancia de su actividad La dirección de las organizaciones sanitarias es una parte fundamental de la estructura de la salud para a partir de ella, ordenar y subordinar todos los procesos y actividades, y así de forma coordinada ponerla al servicio de la población de referencia y su salud y cuidado. El único objetivo de establecer, planificar y desarrollar estrategias es integrar y controlar todos los aspectos y componentes de la organización sanitaria para realizar de forma adecuada y alcanzar los propósitos y fines de la organización. Sin el logro de una adecuada integración de todos los componentes que integran las organizaciones complejas, resulta imposible alcanzar objetivos del estilo de los que persiguen las organizaciones sanitarias. De aquí, se desprende la necesidad de desarrollar habilidades y técnicas de dirección, ya que podemos decir que estas, componen el corazón de la necesidad de gestionar y dirigir una organización. Liderazgo y la importancia de influir Liderazgo es influencia, motivo por el cual si queremos hacer caminar a las personas en el rumbo adecuado o deseado, debemos ser capaces de influir de forma precisa en la capacidad de acción de las personas. Hecho que en organizaciones compuestas por personas y que se dirigen a personas, se convierte en el núcleo central. Una organización sanitaria y su sostenibilidad a lo largo del tiempo dependen de forma fundamental del liderazgo de las personas que la dirigen y su capacidad para diseñar la visión e influir en su entorno para ir hacia ella. Asimismo, podemos decir que son cuatro las habilidades fundamentales que debe poseer un líder: compromiso con la misión que nos proponemos, comunicación eficaz de la visión, confianza en el éxito de aquello que nos proponemos, integridad personal de forma que los demás nos vean como modelos de acción y actúen como tal. Pero la toma de decisiones constantes que debe tomar un líder hace que además deba poseer características como la prudencia, mesura, concepto de justicia y altas dosis de fortaleza. También debemos considerar en los contextos actuales de incertidumbre características y habilidades como la flexibilidad, la capacidad para asumir el fracaso y la crítica, sin olvidar la capacidad de transformar los errores en nuevas oportunidades. En resumen, si las actividades de dirección son clave en las organizaciones sanitarias para planificar y dirigir la acción y estrategia, la capacidad de liderazgo de las personas que la integran son el motor que las hace caminar a través de lo planificado. Cualidades de un líder sanitario Son muchas las características y habilidades que se pueden nombrar y definir para un líder sanitario, enfermero. De entre todas ellas destacamos. Brillante. Destaca de entre los demás. Visión de futuro. Innovador. Activo. Proactivo. Comunicador. Convincente. Exigente consigo mismo y con lo demás. Carismático. Asume la crítica. Gestiona el fracaso. Toma decisiones. Adecua los riesgos. Gestiona los miedos propios y los de los demás. Es difícil que la figura del directivo y la del líder confluyan en la misma persona. Pero dado que el éxito de las organizaciones sanitarias son tan importantes, hace que la elección de los directivos no deba ser algo dejado al azar ni influido por razones ajenas a los metaobjetivos de la salud. Por ello es necesario que este proceso de elección del equipo de dirección sea lento, mesurado y con la mente puesta en el liderazgo y no únicamente la obediencia jerárquica. Dirección y liderazgo La dirección de la organización sanitaria es la actividad destinada a la estrategia, la planificación, control y gestión de los esfuerzos que realizan las personas que la integran, siempre orientados a al cumplimiento de los objetivos y a alcanzar la visión. El liderazgo es la parte en la que el directivo debe influir y persuadir a las personas, en conducir sus conductas y motivación hacia el logro de los objetivos. Es decir, puede que como hemos dicho anteriormente estar al frente de una organización sanitaria, no nos convierte en los líderes de tales organizaciones, ni en el motor que impulsa la acción. El director, el gerente consiguen que las acciones se realicen por obediencia, poder y miedo. El líder lo consigue por influencia, motivación y persuasión.
En entornos globales como en el que se encuentra la sociedad actual, una de las herramientas más potentes que se debe utilizar en las organizaciones empresariales, considerando a las sanitarias una de ellas, es el benchmarking.
Así, este es un término que se ha popularizado en los últimos tiempos, pero ¿Sabemos realmente que es?
La cadena de valor es un modelo teórico que describe el proceso de desarrollo de cada una de las actividades que se realizan en una organización así como la agregación de valor que se genera en cada una de las etapas del proceso hasta que el producto llega al usuario.
En este sentido, la cadena de valor de una organización sanitaria parte de una necesidad sentida sobre la salud.
La comunicación es uno de los aspectos fundamentales que diferencian a las organizaciones éxitosas. La forma en la que nos cumnicamos determina en buena forma muchos otros aspectos tales como la cultura de la organización, las interacciones de los grupos, la orientación hacia los objetivos. Así resulta uno de los elementos clave a desarrollar por parte de todos los equipos gestores que quieran orientarse a la calidad de servicio y al establecimiento de dinámicas de trabajo de alto rendimiento.
La ocupación del tiempo por parte de los mandos intermedios de la enfermería se ha convertido en uno de los debates más importantes entre el colectivo de profesionales. Asímismo podemos afirmar que es uno de los puntos más controvertidos.