Cuando tratamos de entender la conformación de una organización sanitaria y como viven en ella las personas, los profesionales sanitarios, tenemos que tratar de comenzar por entender la organización. En este sentido debemos conocer que existen dos organizaciones que caminan en paralelo dentro de la misma estructura. La organización formal y la organización informal.

La estructura organizativa formal es la conformación que deciden y diseñan los miembros integrantes de la alta dirección con el fin de perseguir la visión y alcanzar las metas y objetivos de la organización, teniendo en cuenta las personas que la componen y los recursos de los que se disponen.
La organización formal es compone de reglas que se definen en la normativa, y son todos aquellos aspectos que deben cumplirse, así como las relaciones que se establecen entre cada uno de sus miembros.
Por tanto, la estructura formal se diseña de forma consciente para conseguir los fines.
Junto a esta estructura formal, siempre coexiste una estructura informal, que resulta de las relaciones que se establecen entre las personas que conforman la organización.
La estructura informal de una organización sanitaria, no está definida de antemano, esta emerge espontáneamente en virtud de las relaciones interpersonales y las distintas redes que conforman las personas y los grupos de trabajo. Por tanto, esta estructura informal es una red de relaciones entre las personas que van a influir de manera determinante en aspectos como la cultura de la organización, las relaciones entre los miembros, la satisfacción laboral, el clima laboral, la productividad, la eficiencia y el rendimiento.

Las estructuras de poder de esta organización informal son diferentes a las que se establecen en las estructuras formales. De modo, que el poder de la estructura informal reside en la propia persona, en lugar de en el puesto que ocupa dentro de la organización. El poder de la organización informal es otorgado por el resto de los integrantes de un grupo de trabajo o por los integrantes de la organización.

Para el correcto funcionamiento de una organización sanitaria es necesario articular de manera conveniente las distintas fuentes de poder informal, sin convertirlas en fuentes formales de poder. Si esto se consigue, conseguiremos que la organización funcione de manera alineada y correcta.
La cultura de la organización
Hablar de la cultura que impera en una organización sanitaria es hablar de las características propias de la organización y que la diferencian del resto.
La cultura de una organización sanitaria puede ser definida como las crecencias y el conjunto de principios básicos que los profesionales sanitarios asumen y comparten, y que, por otra parte, los diferencian de otras organizaciones sanitarias.
Podemos entender la cultura de una organización sanitaria como la personalidad que posee, la forma de ser y de comportarse. La cultura define la forma de actuar frente a los problemas, ante las oportunidades que se presentan, la forma de afrontar los cambios, etc.
La cultura de una organización sanitaria contiene aspectos tales como la forma en la que se produce la comunicación entre las personas, el estilo y la forma de toma las decisiones, los liderazgos, las formas de relacionarse, la aplicación normativa y la tendencia a asumir los riesgos que se presentan en la actuación profesional.
