Hace unas semanas fuimos invitados al Congreso de Contextos Clínicos y de la Salud a hablar sobre Gestión y la crisis COVID. La ponencia tradicional, consiste en ser autocomplacientes con nosotros mismos y con todo lo que hemos hecho: hemos trabajado mucho (estamos), lo hemos hecho todo bien desde el punto de vista de la gestión (no siempre). Es por ello, que fieles a nuestra filosofía autocrítica y siempre constructiva, desgranamos nuestro punto de vista. De esta forma, dimos claves, argumentos y alternativas a algunas de las actuaciones que desde el punto de vista de la gestión se han realizado. Y como siempre, basados en la evidencia científica.

En la realidad es muy complicado predecir el futuro si nos basamos en métodos tradicionales es por ello, que se han diseñado distintos modelos de dirección estratégica, que si bien no nos indican a ciencia cierta cómo será el futuro, si nos preparan para actuar frente al futuro incierto. Estos modelos parten del análisis interno de las organizaciones buscando las debilidades y fortalezas, igualmente analizan el entorno de la empresa a través de las oportunidades y amenazas para así, establecer una serie de acciones que nos permitan abordar este futuro, como estamos diciendo.

Cuando tratamos de utilizar herramientas que nos permitan diseñar la estrategia de nuestra organización sanitaria, hay que comenzar por el análisis de las variables de las que se compone la organización. Es decir, debemos realizar un análisis científico de todas ellas. Así pues, debemos comenzar por aquellos aspectos que se consideran factores críticos: El análisis comienza por el conocimiento de las condiciones actuales de la organización y la consideración futura de evolución.

Si pensamos en cuales son los pasos a seguir para convertir a nuestra organización sanitaria, debemos contemplar una serie de pasos de estratégicos para conseguir de nuestra organización, centro de atención sanitaria o sociosanitaria, una organización competitiva. Estos pasos deben comenzar por:

No debemos pasar por alto la consideración de una organización sanitaria como un hospital como una empresa diversificada en el que cada una de ellas tiene una actividad diferente de otra, aunque todas con el mismo fin y propósito como es la el mantenimiento o recuperación de la salud perdida. Esta consideración es básica para realizar una adecuada formulación de la estrategia de nuestra organización.