A la hora de implementar un sistema de gestión por competencias, debemos tener en cuenta una serie de fases o etapas.

De forma previa debemos haber realizado un análisis acerca de la situación interna y externa que permita desarrollar una estrategia adecuada a la organización contemplando los retos futuros.

La organización deberá tener definida la misión, visión y valores.

La misión hace referencia a la finalidad o razón de ser de la organización sanitaria.

La visión describe el lugar al que desea llegar la organización

Los valores son los principios que guían la acción profesional y de la organización en su conjunto.

Seguidamente debemos realizar una formulación estratégica compuesto de:

Políticas. Pautas de actuación que estén alineadas con la misión de la organización.

Objetivos. Se trata de establecer aquello que se quiere conseguir.

Finalmente, las estrategias son las acciones que se realizarán para alcanzar los objetivos que se establecieron previamente.

Ahora, será el momento de la planificación estratégica.

La planificación estratégica se centro en establecer la planificación de la organización para alcanzar los objetivos.

La arquitectura competencial

Es la fase en la que se identifican las áreas funcionales en las que se puede dividir la organización y los distintos niveles que las componen.

Es necesario recopilar toda la información acerca del proceso de trabajo de cada uno de los profesionales que nos pueda conducir a la descripción de los puestos de trabajo. En este punto resulta fundamental conocer el número de profesionales que ocupan estos puestos realizando las mismas funciones y actividades.

Una vez realizada esta identificación de puestos será el momento de clarificar que competencias deberán estar presentes en los perfiles de los puestos de trabajo identificados, para alcanzar los objetivos establecidos. Además, en los perfiles competenciales se debe incluir los comportamientos que van asociados. 

Para establecer las competencias será clave la consideración de la misión, visión y valores, para a partir de ahí, elaborar un listado de competencias que sean relevantes para el puesto.

También deben estar definidas las competencias genéricas o transversales que son aquellas que son compartidas entre distintos puestos de trabajo, especificando las conductas que lo definen, así como los indicadores de medición.

Cuando estamos desarrollando la implantación de un modelo es clave la participación de un proceso de sensibilización e información a toda la organización

Por ello, necesitaremos un trabajo y colaboración sobre acciones divulgativas en del proyecto.

Esta labor incluyes aspectos como talleres, sesiones de transmisión de conceptos y aprendizaje competencial