• Gestionar los silencios en el ámbito sanitario es otro de esos temas a los que irremediablemente hay que prestar atención. El silencio puede resultar la más reveladora de las palabras, el más cruel de los significados o hasta la condena del sistema sanitario en general. silencio¿Estamos entrenados los profesionales sanitarios para gestionar bien el silencio? ¿Están correctamente entrenados los gestores sanitarios para gestionar el silencio?

  • Es probable, que antes de hablar de lo divino y humano sobre objetivos e incentivos, sobre la manera de implementarlos o de tratarlos, debamos volver al inicio. El inicio es repensar las actuales estructuras de las muy burocratizadas organizaciones sanitarias. Debiéramos comenzar por plantear organizaciones sanitarias perfectamente definidas en cuanto a la conformación de sus puestos de trabajo y las competencias necesarias para ocuparlos. Con esto no queremos decir, que muchos de los puestos deban ser ocupados por especialistas ni todo lo contrario.

  • En cada uno de los pasos que damos en nuestra vida se produce por un proceso de toma de decisiones. No hay actividad, acción o situación que no suponga o nos someta a un proceso de toma de decisiones.

    A poco que pensemos nos daremos cuenta que esto es así, decidimos como hacer o como no hacer, por donde ir, que comer y decision que no, que leer, que escribir… etc. En el entorno sanitario no hay situación que no nos someta al proceso de toma de decisiones, desde cualquiera de los momentos asistenciales hasta cualquiera de los momentos de la actividad gestora.

  • La salud y el cuidado de las personas van de la mano de las personas a las que diariamente atendemos, y esto va desde la necesidad de ordenadores, localizadores de personas mayores, escáners, tomógrafos y como vemos los últimos días hasta determinadores de glucemias a 60 euros… Esta es la realidad sanitaria que ha llegado y que no va a marcharse. Y está bien, tanto para a los que trabajamos en salud como para los que necesitan de nuestros servicios profesionales.

  • Tener un problema, significa que:

    Tenemos que prestarle atención. Tenemos que afrontarlo. Un riesgo en la toma de decisiones. Por lo que si ese problema no existe, desaparecen todos los significados. Pero cierto, es que todo esto solo sucede en un mundo ideal. En el mundo real los problemas existen a no ser que seamos ciegos o sordos y aun así seguirá existiendo, como el huevo de Colón.

    En este contexto, las personas que se sientan a una mesa y plantean o exponen los problemas que existen o se producen en cualquier punto de la organización, a menudo no son del todo “bien vistas”, siendo tachados de irreverentes. Las personas que se enfrentan a los problemas que suceden son tachadas de problemáticas y hasta son confundidas con la raíz del problema.