Este periodo "vacacional" que atravesamos, parece que no invita a realizar artículos con demasiada carga de profundidad, debido a que todos en una medida u otra andamos dispersos en cuestiones más intimas y personales y donde los metapensamientos gestores pasan a un segundo plano.
La toma de decisiones es uno de los aspectos más importantes a los que se enfrentan los profesionales sanitarios. Todas las decisiones que tomamos diariamente, repercuten directa o indirectamente en nuestros pacientes. Esta es la perspectiva que todos los profesionales sanitarios debemos abordar en nuestro ejercicio. No hay actividad inocua, no hay actividad que realicemos que no influya en el resultado final del proceso salud enfermedad.
No es un tema que hayamos tratado demasiado el de las retribuciones. No es que no sea importante, pero bien es cierto que las retribuciones tiene un carácter estructural, refiriéndose con lo de estructural, a que es algo que no depende por suerte o por desgracia a la gestión directa dentro de la propia organización y si depende la macro gestión en los gobiernos centrales u autonómicos. Pero, ¿hasta que punto nos importa lo que cobramos?, ¿hasta que punto son importantes las retribuciones y su diseño?
Muchos son los foros, en los que se hace insistencia de la necesidad de tener pensamientos disruptivos. La insistencia en ello se basa en la idea de cambio y en las características de esta nueva era económica y social que estamos viviendo. La flexibilidad y la adaptación son dos características que se nos piden a las personas de forma implícita o explícita.
La visión es el ideal del objetivo que nos planteamos a largo plazo, la forma y manera que vislumbramos para el futuro ya sea personal o profesional. Hay hechos que parecen demostrar que, para alcanzar cada uno de los objetivos necesarios hasta llegar a la culminación de la visión como hecho real, aún nos queda tiempo.






