Cuando la estrategia de nuestra organización sanitaria se basa en la gestión por competencias, tenemos que tener en cuenta que este debe afectar a todas las áreas y servicios de la organización sanitaria, aportando resultados tanto a corto como medio y largo plazo.

Los aspectos que debe contemplar una estrategia de gestión por competencias son:

Descripción del puesto de trabajo. Es necesario identificar todos los puestos de trabajo existentes en nuestra organización, así como las necesidades para ocupar este puesto, las responsabilidades inherentes a cada puesto y el perfil de las personas más adecuadas para ocupar cada uno de ello.

Creación de equipos de trabajo. Una vez identificados y descritos todos los puestos de trabajo de la organización, es necesario asignar a las personas más adecuadas a cada uno de estos puestos. Esto va a permitir crear y consolidar equipos de

trabajo integrados y enfocados a la consecución de los objetivos de cada unidad o servicio y de la organización.

Influencia sobre la cultura de la organización. La cultura de la organización, la forma en la que se entienden los procesos, el desarrollo y los resultados condicionan en ocasiones la implementación de la gestión por competencias. Por el contrario, si se consigue centrar una cultura centrada en competencias, será una palanca que facilite el funcionamiento global de la organización.

Identificación del potencial de las personas. Una organización centrada en competencias, se convierte en un valor añadido para la identificación, desarrollo y potenciación del talento interno.

La dirección por objetivos. Uno de los ejes en los que se apoya la dirección por objetivos es la gestión por competencias, dado que esta permite identificar todas las características y funciones que permiten a la organización sanitaria alcanzar sus principales objetivos y el desarrollo correcto de las estrategias.

Desde el punto de vista estratégico la gestión por competencias facilita a la organización sanitaria:

La capacidad de adaptación y transformación en entornos volátiles y de cambio. Es aquí, donde identificar las competencias clave es importante para dar respuesta a las distintas circunstancias a las que la organización sanitaria deba enfrentarse.

Uso eficiente de los recursos. Si la organización tiene en cada puesto a la persona más adecuada en base a sus competencias, estos inevitablemente se adaptarán mejor a ellos y realizarán un consumo más eficiente de los recursos.

Aportación de las personas a la organización. La gestión por competencias fomenta que las personas sumen valor allí donde mejor pueden hacerlo. Esto a su vez facilita conseguir los objetivos estratégicos de la organización.

Adaptación a la cultura y estilo de liderazgo. La gestión por competencias transforma el estilo de gestión de la organización sanitaria y por tanto, los estilos de liderazgos, ya que estos se centran en adquirir, desarrollar y activar competencias, proyectan la carrera profesional de los profesionales en base a las competencias, modificando y adaptando la cultura global de la organización.